fragmento asíncrono

GUTIÉRREZ, MONCAYO Y LA BANCA

Tomado del Libro “Narcos, banqueros y criminales”


¿Quién es Paco Moncayo? Se pregunta el escritor argentino Juan Salinas, al revelar parte del pasado que envuelve la figura del actual Alcalde de Quito, burgomaestre que se postularía una vez más a la reelección al cargo en el municipio capitalino.


Retomando la lectura de este apasionante libro, su autor, Juan Salinas, ubica al Gral. Paco Moncayo como ex agregado militar en Israel, miembro del Directorio del Banco del Pichincha, diputado por la ID , y alcalde de Quito desde el año 2000.


“Como su hermano, el Coronel Carlos Moncayo, se lo considera un lobbysta de la poderosa industria bélica hebrea”, afirma el autor. Además, señala que Moncayo apareció vinculado al negocio de la compra de armamento defectuoso a la Argentina , durante el conflicto bélico con el Perú. En efecto, Ecuador compró a ese país 8 mil fusiles FAL y diez millones de proyectiles, cuyo estado de deterioro causaría un escándalo ante la opinión pública nacional, por el perjuicio causado al país.


“Chatarrero del Cenepa”, se lee en un letrero que portaba un hombre del pueblo durante la Marcha por el 1º de Mayo pasado, en alusión al alcalde de la ciudad. Sobre el bullado caso, el depuesto ex presidente Lucio Gutiérrez, en una carta que envió a Fidel Egas, banquero ligado al Grupo Pichincha, afirmó que “…el General Paco Moncayo tiene participación en la compra y venta de armas a la Argentina , al aceptar una acta de finiquito en donde se valoró 4998 fusiles inservibles en USD. 332,9 dólares cada uno, y municiones del año 1982, lo cual significaría un perjuicio al país por más de USD, 1’200.000 dólares, hecho del que tendrá que responder ante la justicia de manera transparente…”, termina la cita del autor.


Sobre Moncayo se afirma que él consiguió que el 48 % del paquete accionario del Banco Rumiñahui, controlado por las FF.AA., pasara a manos del Banco Pichincha, cuyo directorio integraría en poco tiempo.


En la obra se recoge declaraciones como aquella de Gutiérrez cuando confiesa como el ex presidente Rodrigo Borja puso el sistema financiero ecuatoriano al servicio de los “capos de la droga”, y al modo en que la reserva monetaria había ido a parar al banquito de Fidel Egas en las Bahamas.


A su vez, el autor del libro afirma que Lucio Gutiérrez una vez fuera del poder, marchó al exilio, primero a Brasil y luego a Miami, donde se radicó. Se hace mención del hecho que en la Avenida Brickell , corazón financiero de la ciudad, el ex presidente contaba con el respaldo del Barclays Bank, cuyas oficinas de relaciones Públicas le consiguió entrevistas con la CNN. Salinas elucubra que Gutiérrez recibió tales deferencias, acaso por agradecimiento, a que cuando fue presidente dispuso que el 70 por ciento del Fondo Petrolero ecuatoriano se invirtiera en la recompra de bonos de la deuda externa, de los que el Barclays Bank, era uno de los tenedores de la deuda.


En la obra se vincula a Fidel Egas como un importante tenedor de papeles de la deuda pública de Ecuador. Se sostiene que según círculos financieros de Quito, tendría más de 216 millones de dólares en bonos. Durante el gobierno de Mahuad, durante la moratoria de la deuda en 1999, Egas aprovecharía para adquirir bonos con descuentos entre un 50 y 70 %, los mismos que durante el gobierno de Gutiérrez alcanzarían el cien por ciento de su valor nominal.

Por otro lado, Gutiérrez, en la carta ya citada, al sentirse traicionado por Egas reconoce que: “ Él se opuso tenazmente a que le retiren la frecuencia al canal de televisión Teleamazonas por que consideró poco ético hacerlo…” “Cuando nos reunimos en su casa, escribe Gutiérrez a Egas, yo le pregunté por qué su canal ataca a mi gobierno, si de las decisiones que tomaba para estabilizar la economía del país, los que más habían ganado fueron los banqueros, y de ellos Ud. fue el más beneficiado”, sentencia el coronel.


Interesantes revelaciones que nos permiten conocer cuán articulados están los sectores políticos como el PSP y la ID con la banca local e internacional. Y, como hilo conductor de la corrupción y del enriquecimiento ilícito, el narcolavado acrecienta fortunas en un país donde reina la impunidad.


Gutiérrez el mejor aliado de los EE.UU., que fue capaz de ofertar en bandeja de plata más de once campos petroleros a las multinacionales. Así como Moncayo, responsable directo de aquella deleznable ordenanza municipal que terminó autorizando la entrega de un enorme territorio en suelo quiteño a la embajada norteamericana, para que se erija el bunker imperialista más grosero que recuerde la historia reciente de nuestra patria. Todos ellos, ya han pasado a la historia, como lo que son. El pueblo los identifica y conoce que Fidel Egas fue uno de sus -pronto aliados socio capitalistas- del manejo del poder financiero, en un matrimonio permanente con la política en este país, para aprovecharse de fondos públicos a fin de consolidar el monopolio del Banco Pichincha.


PRENSA ALTERNATIVA