fragmento asíncrono

QUE NO ERAN ESCUDOS, NO.

Romance

[Cuando el ejército de Israel bombardea dos escuelas
en la Franja de Gaza y mata a 100 niños. 07 / 01 / 2009]


Que no nos cierren la boca,
que no pretendan sellarnos
con lacre la comprensión
ni con alquitrán los labios;
que no es el tímpano inerte
al estruendo del disparo,
cuando del tanque el cañón
siembra de muerte el asfalto.

No quieran que nuestros ojos
vean la flor en los campos
mientras los tiñen de rojo
tiernos cuerpos mutilados
de niños, que en sus escuelas
sueñan futuros honrados;
que no era escudos, no,
no pretendan engañarnos.

David contra Goliat
de nuevo en su mismo campo;
pero David es un niño
con un libro entre las manos
y es Goliat el gigante
sobre tanques galopando.

Que no son escudos, no;
eran niños estudiando,
niños que habían escrito
su carta a los Reyes Magos
pero que el rey de la guerra
le trajo un juguete malo:
un avión inclemente
que mató su sueño blanco.

Qué pensaría Jesús,
el hijo de dios humano,
si al pesebre del amor
en su tierra y en su estado,
en un tiempo de ambiciones,
tras dos mil y nueve años,
ni el oro, incienso ni mirra
le llevaban de regalo,
y María recibiera
un genocidio de llanto.

Que no, que no eran escudos,
que era el futuro soñado
en las aulas de su escuela.
Que no pretendan sellarnos
los ojos con alquitrán,
ni viertan lacre en los labios
de quien vive la palabra
con alas de diccionario.

Nicolás del Hierro*, POETA del MUNDO: