fragmento asíncrono

POR SUS OBRAS LOS CONOCERÉIS…

Así reza un pensamiento popular que define a las personas o grupos que actúan en función de su naturaleza humana o apegadas a los intereses particulares que representan.

Desde cuando el entonces candidato a la presidencia de la república Rafael Correa, recibió la veña aprobatoria del imperio norteamericano, con la famosa cadena de televisión CNN del Canal 8, mediante la cual se le incluyó en la lista de los presidenciables, junto a los candidatos de la derecha del momento; sabía que algo andaba mal en aquel proyecto político barnizado de izquierdista. Más tarde, se ratificaron mis sospechas cuando junto con Carlos Pareja Y., el candidato Correa, ofrecería en un lujoso hotel de Quito “seguridad jurídica” a todas las empresas petroleras transnacionales, si llegase a la presidencia. Sus ofertas demagógicas cayeron en suelo fértil, pues aseguró que entregar campos petroleros a la empresa privada era traición a la patria, puro embuste...

Ecuatorianos (as) los cantos de sirena de la revolución ciudadana aforan ya la paciencia popular, cuando se repite una y otra vez las cuñas gobiernistas en la radio y TV con el estribillo de que “la patria es de todos, o que el petróleo es de todos”. Cien mentiras, que pretenden convertirse en verdad a fuerza de mensajes subliminales y chabacanos.

Lo que Gutiérrez no pudo hacer en dos años y medio de entreguismo, acaba de materializar el gobierno de Alianza País. Mentirosas promesas y falaz pensamiento de Rafael Correa, cuando aseguraba el candidato a la presidencia que los campos petroleros estatales deben seguir en manos de Petroecuador, a pesar de su supuesta ineficiencia. En esta semana, el ministro de Petróleos y Minas, Dr. Galo Chiriboga, junto a la plana de asesores de la infamia, acaban de hacer realidad un acariciado sueño de los empresarios, con la adjudicación definitiva de los Campos Marginales Pucuna, Singue y Puma.

La traición ha vuelto a manchar el Palacio de Carondelet, con la entrega de campos petroleros en plena producción. El atropello a la soberanía y la ilegalidad de la firma de los nuevos contratos es avalizada por la prensa miope, que se presta –como siempre- a informar irresponsablemente como positivo esta afrenta, sin que tampoco, ninguno de los analistas petroleros se atrevan a cuestionar el perjuicio que se está irrogando a toda la nación y, mas bien aplauden la decisión del ministro Chiriboga.

Por elemental sentido común, si los campos marginales me están entregando el ciento por ciento de la producción, ¿qué negocio va a ser para el país, el participar del incremento de los barriles extraídos con la empresa privada, si puede hacerlo con mi gente, a fin de garantizar el enorme beneficio económico de los altos precios del barril de petróleo, que hoy superan los 100 dólares?

Reservas millonarias que le costó al país, estaciones de producción, sistemas eléctricos interconectados, carreteras y pozos en plena producción, etc, todo aquello recibe las petroleras privadas en bandeja de plata, en contratos para 20 años de lotería.

Por otro lado, el presidente Correa, abusando de una popularidad y poder que no serán eternos, ha arremetido en contra de los trabajadores petroleros estatales y, con especial dedicatoria a los sindicatos, haciéndole el juego al sector privado. Injusto y desleal presidente que ofreció apoyar a la principal empresa del país, como es Petroecuador, para luego crear un ambiente adverso ante la opinión pública -con el caso de las jugosas indemnizaciones- sin reflexionar que esta empresa sostiene casi el 50 % del presupuesto del estado. Sin analizar que negando los derechos adquiridos de los técnicos petroleros, se está afectando el ambiente laboral, se golpea de muerte al mercado profesional, que ante la falta de incentivos preferirá renunciar para trabajar en las petroleras privadas. Un caso típico de fuga de cerebros, lotería para las petroleras privadas. Entre tanto, al otro lado de la orilla, los trabajadores ecuatorianos de las multinacionales ya se frotan las manos para recibir en abril, otro aginaldo de 100, 200 y más miles de dólares, por concepto de utilidades anuales, que son pagadas por el mismísimo estado.

Debe saber el presidente que los técnicos petroleros, como un Jefe de Pozo y/o el llamado tool pusher, puede ganar hasta mil dólares diarios en la empresa privada, mientras que haciendo el mismo trabajo, en Petroproducción gana mil dólares al mes. El regimen tiene en la mira la reestructuración de la empresa estatal, algo necesario para definir cargos y funciones de una burocracia administrativa parásita, fruto del botín político de todos los gobiernos; sin embargo, haciendo un mea culpa, el señor gobierno debería empezar liquidando a sus coidearios, que por cientos hoy calientan los puestos en Petroecuador y sus filiales.

Reestructurar empresas públicas estratégicas como Petroecuador, para transformarlas en Sociedad Anónima –so pretexto de una marcada ineficiencia- es el camino que han seguido gobiernos vendepatrias como el de Uribe o Bachelet, donde se ha privatizado casi todo.

En otro ámbito, cada vez que reviso los datos de prensa me convenzo más que este gobierno no representa a la Patria de Alfaro, ni al pueblo ecuatoriano. Ud. amigo lector, identifique a quien defiende o alcahuetea el regimen de la revolución ciudadana:

* En el caso de las transnacionales Porta y Ecuadorian Bottling Coca Cola, luego de 13 auditorías efectuadas se detectó ilegal mora por evasión de impuestos que asciende a 170 millones de dólares. Hecho gravísimo que obligaría al gobierno –de acuerdo con la ley- a caducar el contrato con Porta. No obstante, el regimen, al sentarse a negociar con la empresa, favorece a la evasora descaradamente, cuando debe revertir las frecuencias, el mercado de telefonía y el servicio a la empresa ecuatoriana Alegro.
* Los contratos petroleros que mantiene el Estado con Petrobrás (Campo Palo Azul), Andes Petroleum (Campo Tarapoa), Repsol YPF (Bloque 16 y Bogi Capirón), Campos Marginales, etc, han sido cuestionados por el Presidente de la Asamblea Constituyente, Alberto Acosta; por la Secretaría y Comisión Anticorrupción, y por otros sectores sociales, exhortando al gobierno la inmediata caducidad y reversión al estado. No obstante, Correa y su alfil Chiriboga -tienden mantel blanco sobre mesa sucia- para santificar y renovar los contratos, contrariando la voluntad popular y el mandato de las provincias petroleras.

* La lucha de los pueblos heroicos de El Oro, Guayas, Morona Santiago, Zamora Chinchipe, Loja, Azuay, Imbabura, etc, sigue en contra de la explotación minera a gran escala, a cargo de empresas transnacionales como Ecua Corrientes, Aurelian, IMC, I am gold, etc. Mientras tanto, el gobierno sociolisto del siglo XXI, al declarar de prioridad nacional la explotación minera, busca regular, mas no eliminar, las concesiones mineras, lo que significa dar luz verde a la destrucción del ecosistema en reservas ecológicas intangibles, poniendo en riesgo la vida y contrariando la voz del pueblo.

Solo alguien que está comprometido política y empresarialmente con las multinacionales petroleras, madereras o mineras puede aceptar que apenas tan solo 1 de cada 5 barriles de petróleo que se extrae de nuestra Amazonía se quede en el Ecuador. Que apenas recibamos el 5% del producto de la explotación minera. Por su parte, la pobreza, el desempleo, el hambre se acrecienta día a día.

En otro ámbito, nos habla el gobierno de soberanía, y paralelamente guarda silencio cómplice ante la construcción del bunker imperialista de la nueva embajada de EE.UU. en Quito, que será inaugurada para vergüenza de los ecuatorianos, en 2008.

Finalmente, el gobierno criminaliza y reprime la protesta de los luchadores sociales violando los derechos humanos; pero también es co responsable de la pauperización del pueblo humilde, pues la escalada de precios que no tiene control ha empobrecido aún más al ciudadano de a pie. Y al respecto, el poderoso señor gobierno se lava las manos echándole la culpa a la empresa privada, en lugar de aplicar mano dura con los empresarios que conspiran a sus espaldas.

PRENSA ALTERNATIVA