fragmento asíncrono

Confrontación, reordenamiento y transformación

(A propósito del Sí Crítico)

Guillermo Navarro Jiménez

Negar que el Presidente Rafael Correa confronta al poder, tanto económico como fáctico -en menor medida con el primero que con el segundo-, es un despropósito histórico. Lo es también no reconocer que ha generado un reordenamiento parcial del poder mediático como del poder económico, en la medida que ha robustecido la presencia del Estado en esferas en las cuales el neoliberalismo le minimizó. Igualmente, sería falaz aseverar que la confrontación y el reordenamiento antes aludido significan por si mismo y en sus alcances actuales una transformación profunda, estructural, como la que demanda la mayoría del pueblo ecuatoriano.

Los límites de la confrontación y reordenamiento antes mencionado, a los que se suman los inevitables efectos negativos que sobre la economía ecuatoriana generará la actual crisis del capitalismo, ponen en entredicho o por lo menos crean sospechas, sobre si las perspectivas del proceso son las de conducirnos hacia la transformació n, si se detendrán y no rebasarán las dos primeras fases, o si retrocederán ante las urgencias que generarán los efectos de la crisis. Encrucijada política ante la cual, se justifican las prevenciones políticas a las que responde el Sí crítico, al que hace referencia Kintto Lucas.

Y es que las prevenciones del Sí crítico se justifican si se reconoce, por una parte, que la crisis del capitalismo es de tal magnitud que Paul Samuelson, premio Nobel de Economía sostiene que: "Esta debacle es para el capitalismo lo que la caída de la URSS fue para el comunismo"; y, por otra, los efectos negativos que son ya comprobables en el espacio nacional, los cuales seguramente se profundizarán en el futuro cercano, y que hoy pueden sintetizarse en los siguientes:

1. El descenso de las remesas por el incremento del desempleo en Estados Unidos y Europa, tendencia que se mantendría en el futuro por cuanto se estima que la recesión se profundizará en los países capitalistas más desarrollados. Esto es de especial importancia para la economía ecuatoriana si se reconoce que las remesas de migrantes son casi iguales a las provenientes del petróleo;

2. La reducción del precio del petróleo por la recesión en los países capitalistas más desarrollados, principalmente de los Estados Unidos, así como por la previsible caída de los precios de las ventas de derivados a futuro. Tendencia que muy difícilmente podrá ser revertida por la OPEP;

3. La disminución de las exportaciones, principalmente hacia el mercado de los Estados Unidos, principalmente de productos como camarón, flores, banano, petróleo. Reducción propiciada por el propio carácter de los bienes que conforman nuestras exportaciones: primarios y fácilmente prescindibles; y,
4. Reducción de los ingresos fiscales, tanto por la caída de la producción, de las exportaciones y precios de las exportaciones de petróleo;

5. La disminución de líneas de crédito externas, principalmente de los bancos de los Estados Unidos y Europa, lo que afectará a nuestras importaciones y exportaciones; y,
6. Limitaciones en el uso de la reserva monetaria internacional disponible, por la correlación que éstas mantienen con el circulante.

Igualmente las prevenciones del Sí crítico, se explican por cuanto, ante las limitaciones antes mencionadas, desde las filas de gobierno se realizan pronunciamientos que sugieren que podría acudirse a medidas tradicionales, aparentemente fáciles para disponer de los recursos necesarios que demandan las expectativas creadas incluso por el propio Presidente Correa. Camino que no es otro que el impulsar la minería, incluso a cielo abierto, o desarrollar la explotación de petróleo en zonas protegidas. Posición que, por cierto, nace de un equívoco, desestimar el lapso de maduración propio de ese tipo de inversiones, por lo que los recursos que generarían no estarían disponibles con la urgencia que se los requiere, como lo plantea esta alternativa, cuya simpleza abruma.

Adicionalmente, si el Presidente Rafael Correa daría paso a las posiciones que desde el interior del gobierno sugieren ese camino que lo suponen fácil, de hecho y adicionalmente estaría generando una clara contradicción con los textos de la Nueva Constitución , principalmente en lo que al cambio de modelo de desarrollo se refiere. Posición que, como es de esperarse, generará inevitablemente enfrentamientos políticos con las organizaciones sociales, como ya lo advierte, por ejemplo, el acaecido en el Cuyabeno. A ello, habría de sumarse como un obstáculo real, al lapso de maduración antes mencionado. Este camino, por cierto, a más de no resolver el problema de falta de recursos, de impedir el avance del Buen Vivir, de crear un divorcio con los contenidos de la Nueva Constitución , terminaría desgastando el elevado capital político que ostenta el Presidente Correa, con lo que incluso la gobernabilidad se reduciría ostensiblemente.

A todo lo expresado debe agregarse que el Si Crítico, de optar el Presidente Correa por la mantención del “maldesarrollo” como lo sugieren las fuerzas de derecha que operan desde palacio, dispondrá de armas políticas de enorme poder: la existencia de una conciencia social elevada por el cambio; la convicción de la mayoría del pueblo ecuatoriano de que los contenidos de la Nueva Constitución posibilitan el desarrollo de la transformación deseada por lo que deben respetarse y materializarse; y, la Nueva Constitución , como plataforma de lucha ya socializada.

En consecuencia, la encrucijada en la que se encuentra el Presidente Rafael Correa, no es otra que el detener su marcha forzada y limitarse a continuar confrontando y reordenando el poder en forma limitada, o, mantener el paso y avanzar en la transformación. Transformación que inducirá a un cambio de modelo de desarrollo, mediante el cual los recursos financieros necesarios para enfrentar los efectos de la crisis del capitalismo provendrían del impulso al nuevo sistema económico, y, principalmente, de la profundización de la redistribución del ingreso y la riqueza. Si opta por esta alternativa, el Si crítico dejará de tener razón de ser. Si no lo hace y asume la “vía fácil” que sugiere la derecha, el Sí crítico se fortalecerá, acrecentará su capacidad de convocatoria, ampliará su radio de acción, puesto que el pueblo ecuatoriano mayoritariamente se pronunció por la transformació n, y no por la sola confrontación y un débil reordenamiento del poder. Peor por mantener el modelo de desarrollo que las fuerzas infiltradas en palacio sugieren y defienden denodadamente.