fragmento asíncrono

También las aulas de acogida están saturadas


Tribunalatina. Mariana Cantero.
A un mes del inicio del curso escolar, en Cataluña el 53% de las aulas de primaria en Santa Coloma de Gramenet, 38% de L’Hospitalet y 22% de Badalona, sobrepasan la cantidad de alumnos –25- que podrían acoger, de acuerdo a lo que marca la Ley.

Algunas fuentes señalan que el colapso llega hasta los centros educativos de Terrassa y otras localidades del cinturón de la provincia de Barcelona. “Tenemos las aulas llenas, con 27 y 28 alumnos”, dice Montserrat Minguell, directora del CEIP Mercè Rodoreda de Santa Coloma. La saturación también afecta a las aulas de acogida para inmigrantes, donde reciben la formación especializada en lengua y cultura local. Así es como el aula y media del Mercé Rodoreda está a tope. “Generalmente tenemos suficiente con los recursos que nos han dado, pero una vez que se asignan, no se vuelven a tocar en todo el año y tenemos una llegada constante de alumnos que hemos de asumir como podemos”, explica la educadora.

En el CEIP Josep Carner de Badalona, se matricularon 40 alumnos en 15 días. “Que se matriculen durante todo el curso es normal, pero no que vengan en dos semanas esta cantidad de alumnos”, valora la directora Dolors Fernández. La matrícula viva, reconoce Fernández, hace muchos años que existe. “Si llega uno vas haciendo, pero con tres en la misma aula, la cosa se va complicando”, explica.

Los recién llegados al Josep Carner también pueden encontrarse con un aula de acogida con overbooking. “La Conselleria hace las previsiones de alumnado anualmente; la última se hizo en el mes de mayo, en una época del año bastante tonta, justo antes de la preinscripción y casi a finales del año escolar.

Desde ese momento hasta hoy, las cosas han cambiado mucho. Y aunque haya variado la situación radicalmente, hasta mayo del próximo año no podré presentar los números para abrir una segunda aula de acogida”, se queja Fernández. “Muchos de los sudamericanos vienen en enero. Puedo decir lo que quiera en mayo, que en enero ya se nos llenará el aula”, valora. Según Casto García, director del CEIP Josep Boada, la situación es parecida en muchas escuelas de la zona. El centro que dirige es para niños con capacidades especiales. “Éramos una escuela que ya estaba llena y ahora estamos llenísimos”, argumenta.

La mayoría de alumnos de este instituto, tanto antiguos como recién llegados, son inmigrantes que van al aula de acogida, también colapsada. “En este momento tengo 22 alumnos en el aula de acogida, pero esto es hoy. Si mañana me meten una familia, como hace dos días, de 4 niños que venían de India, ya tendré 26”, explica García. “No hay una previsión correcta de las necesidades, por eso estamos como estamos: intentando sobrevivir. Pero se esperan más niños por la reagrupación familiar. ¿Qué haremos?”, cuestiona el docente. “Estamos esperando la propuesta de Educación.

Tenemos una reunión el jueves y ya veremos qué dicen. Este no es un problema de hoy o ayer, se ha denunciando desde hace muchos años”, dice Dolors Fernández. El Departament de Educació declinó hacer declaraciones al respecto a este diario. Reacción de educadores Esta situación generó hace dos semanas el plantón de una treintena de directores de escuelas de Badalona, que se negaron a aceptar más de 25 estudiantes, con la posibilidad de llegar a 28 de forma extraordinaria.

Pedían que está opción se ordenara por escrito. “Hemos estado llevando adelante las negociaciones, por ponerles un nombre, porque lo que hace el Departament es imponer unas órdenes que quedan fuera de la Ley”, remacha Dolors Torné, del sindicato USTEC-STEs. “Presionan para que las escuelas asuman a los niños sin condiciones, pero los docentes ponen máxima resistencia a hacerlo tan mal como se hace, solamente quieren mantenerse dentro de los límites legales. Al final han enviado la orden por escrito, pero el problema de fondo es la calidad de la educación. Cada año pasa lo mismo”, agrega la dirigente sindical.