fragmento asíncrono

Carta abierta a la Canciller ecuatoriana, desde Italia

Italia, 5 de junio de 2008

Señora
MARÍA ISABEL SALVADOR
Ministra de Relaciones Exteriores del Ecuador
Presente.


De mi consideración:
Señora Ministra de Relaciones Exteriores: Mi nombre es Silvia Campaña, soy una escritora ecuatoriana que vive en Italia desde hace mas de 20 años. Con un afectuoso saludo me permito exponer la siguiente inquietud. He quedado sorprendida, molesta y hasta preocupada por la total indiferencia de la Embajada Ecuatoriana en Roma con relación al trabajo de los ecuatorianos que buscamos salir adelante fuera de las fronteras patrias y en especial con la actividad literaria a la que he dedicado gran parte de mi vida y que han dado como resultado la publicación de varios libros en Inglaterra e Italia.

Los ecuatorianos que residimos en Italia estaríamos encantados si es que nuestra delegación diplomática abriera las puertas a personas que necesitamos de ellos. En una carta enviada al Presidente Rafael Correa Delgado le hice conocer hace varios meses los inconvenientes que debemos vivir los ecuatorianos que por una u otra razón debemos acudir a golpear las puertas de nuestros representantes diplomáticos en este país. Pero, debido a que nada ha cambiado me permito dirigirme a Usted públicamente, en espera que esta vez mi pedido tenga una acogida positiva.

He visto con profundo pesar y tristeza, como los representates de otros países hacen todo lo posible para impulsar el trabajo de sus ciudadanos en este país (Italia), mientras que el nuestro acá, está completamente ausente. Un ecuatoriano "normal" que no tiene ningun poder, no tiene acceso a la Embajada. Cuando la señora Gioconda Galán se presentó a la comunidad, lo hizo en forma muy positiva. Según sus propias palabras, todo iba a cambiar desde el momento en el que ella asumiera esa importante legación diplomática. Sin embargo, con gran resignación he podido costatar que las cosas no han cambiado, todo sigue igual. Las puertas de nuestra Embajada estan aún mas cerradas para quienes vamos a pedir la mínima ayuda. No vamos a pedir limosna, solo un poco de apoyo para dejar en alto el nombre del Ecuador.

Veo con tristeza que se da paso solo a los intereses personales y no se atiende a las necesidades de la numerosa comunidad que habita en este país, comunidad de hermanos ecuatorianos que luchamos diariamente contra inimaginables adversidades que encontramos en nuestro camino, todo para ver que nuestra Patria surja, con el sacrificio, con el sudor, hasta con el dolor de vivir lejos de nuestros seres queridos, de quienes sentimos la falta y cuyo vacío nos quita lentamente la vida.

Yo, señora Ministra le cuento mi experiencia personal con la señora embajadora. No me han contado, yo la he vivido. Haciendo eco de la apertura mostrada por la señora embajadora al momento de asumir el cargo me comuniqué telefonicamente con nuestra sede diplomática. La señora me negó una cita, aduciendo "que tiene cosas mas importantes que hacer" que atenderme. LLamé nuevamente con la esperanza de que obtendría una cita, una fecha, unos minutos para entrevistarme con la señora embajadora. Pero, todo fue inútil. Es por esto que, en vista de que soy un ser humano con dignidad, y no necesito mendigar nada, en la segunda ocasión en la que una secretaria de la Embajada me informó que sería recibida cuando la señora embajadora "tenga tiempo", respondí a la Embajada que ya no necesitaba de ellos. Porque como le dije antes, tengo una dignidad que defender. Deseo aclarar que dicha cita la pedí después de haber hablado personalmente con la señora embajadora en El Buque Escuela Guayas, en agosto pasado.

Al igual que yo, cientos de pequeños empresarios, asi como miles de mujeres ecuatorianas que se levantan muy temprano para acudir a sus duros trabajos de asistentes de ancianos, baby-siters etc, en algun momento que necesitan de la embajada, esta, no existe. Muchas veces pensé que la Embajada sería como una pequeña patria a la distancia, un oasis en medio del desierto, que bastaría que una voz de esperanza saliera de ese lugar para que los ecuatorianos olvidaramos por momentos las horas de soledad, los trabajos humildes y la lejanía de la familia. Me resulta difícil entender que no exista en la agenda de una persona, por muy importante que sea o agobiada que se encuentre, cinco minutos para escuchar a un compatriota. Los ecuatorianos no vamos a pedir empleo, caridad, trabajo o favores personales, no vamos a eso. Vamos a pedir lo que un hijo solicitaría a su padre: apoyo para impulsar una obra, una pintura, un cuento, una campaña de algo, pero precisamente eso es lo que se nos niega.

Quisiera poder aclarar que mi trabajo no me da un sueldo mensual como aquel de nuestros representantes diplomáticos, mi trabajo es diferente. Yo estoy obteniendo el fruto de 20 años de duro e incansable trabajo. No se entra con un libro en las escuelas en este país si este no vale la pena; esto se obtiene solo con sudor y sacrificio, y sobre todo, solamente si el trabajo merece ser reconocido. Para mi fue una emoción tan grande en una presentación en Roma, en la Casa Internacional de la Mujer, ver a mujeres ecuatorianas que llegaron a dicha institución con la Bandera Ecuatoriana, cosa que me llenó de alegría y orgullo. En aquella ocasión el ex embajador, quien tampoco me recibió pese a mis numerosas llamadas, al menos envió a mi evento a la secretaria de la Embajada.

Yo estoy contando a la comunidad mi experiencia negativa, y dirigiéndome a Usted, porque es hora de despertar las conciencias, es hora de que alguien hable, y he decidido hacerlo yo. Tengo que aclarar que no pertenezco a ningún partido político, jamás he pertenecido, soy una persona libre, sin compromisos ni ataduras, y el sitial que he conseguido ha sido con la ayuda de Dios, mi familia y muchas personas que han creído en mi trabajo y no porque he participado a ninguna campaña politica. Mis triunfos son verdaderos que no se esfumarán como una bola de jabón, yo he plantado en terreno muy fértil. Mis libros estan escritos en tres idiomas; inglés, idioma que hablo muy bien porque estudié en Inglaterra, con mi propio dinero y sin perjudicar o aprovecharme de nadie. Escribo en Italiano idioma que también hablo muy bien y naturalmente en español.

Como Usted puede muy bien imaginar, mi trabajo es doblemente duro en este país de escritores, pero las satisfacciones que obtengo día a día, me dan fuerzas para seguir luchando. Todo pese a la total indiferencia de la señora embajadora, y a todos los embajadores que la han precedido.
No es justo que nosotros que ayudamos desde esta distancia a la superación de nuestro querido País, tengamos que ser discriminados y olvidados por nuestros representates diplomáticos. Señora Ministra de Relaciones Exteriores, los ideales del Gobierno ciudadano del que usted forma parte, si no he comprendido mal, son los de dar al pueblo el lugar que le compete, es el de luchar contra las injusticias que hemos sufrido toda la vida, por esto le pido que analice el caso que le estoy exponiendo, que lo investigue, que reciba las quejas de los demás ecuatorianos que, seguramente por temor no se atreven a denunciar. Creo que en la Embajada en Roma debería estar una persona con una experiencia digna de este cargo tan importante.
Tal vez, me pregunto si la falta de atención correcta es debido a la inexperiencia de la señora Galán. Lastimosamente nuestras necesidades no pueden esperar a que la señora obtenga dicha experiencia con los años. Necesitamos una persona competente, que nos represente dignamente, almenos que sea bilingue y hable el idioma del país que nos da hospedaje, es una pena ver como hasta el ecuatoriano que trabaja vendiendo en las calles habla un italiano casi perfecto, mientras nuestra Embajadora todavía tiene dificultades hasta para construir frases pequeñas. El 90 % de los ecuatorianos residentes en Italia son bilingues y muchos hablan incluso otros idiomas. ¿Cómo es posible que en una Embajada tan importante como la de Italia nuestra embajadora no hable ni siquiera el idioma del país en el que trabaja?, contribuyendo de esta manera a poner en la mente de los Italianos que todos los ecuatorianos somos incapaces de aprender un idioma.
Si mis palabras no le son suficientes, entonces yo le pido que investigue, que pida información a la comunidad ecuatoriana residente en Roma de si está contenta con la atención que la Embajada brinda en este momento a la comunidad, seran ellos a darle mas informaciones, ellos que conviven con esta situación. Existen muchas asociaciones ecuatorianas en este país, le ruego que tome en seria consideración este caso, que para mi es de suma importancia y urgencia y que lo resuelva de la mejor manera.

Ruego a mis compatriotas que deseen opinar sobre este delicado tema, que lo hagan, que hagan llegar sus voces, porque solo unidos haremos que nuestras voces sean escuchadas.
Atentamente

Silvia Campaña
campanass@alice.it