fragmento asíncrono

¿QUIÉN PIERDE?

La fórmula mágica del DIÁLOGO entre el gobierno de Rafael Correa y la petrolera REPSOL YPF, ha permitido la renegociación del contrato por un año más y, si esto no fuese suficiente, el régimen ha aceptado extender su vigencia hasta el 2018.

En entregas pasadas habíamos advertido al país sobre el discurso engañoso –poco confiable- del presidente Correa y su ministro Palacios. Nos invade una desazón muy grande el entreguismo oficialista, la falta de visión de país y el enorme perjuicio que causa al pueblo el acuerdo infame, que ha permitido una holgada permanencia de esta petrolera, a pesar de tantas irregularidades denunciadas en su momento, por este espacio.

Ahora la Constitución aprobada en Montecristi reconoce y garantiza el derecho de todos (as) a la educación pública gratuita y de calidad. Al constatar objetivamente las bondades de las Escuelitas del Milenio, que el gobierno ha inaugurado en Zumbagua (provincia de Cotopaxi) o el de Pascuales, al norte de Guayaquil, nos asalta un pregunta que formulamos a la opinión pública: ¿Escuelas públicas con internet, pantallas digitales, laboratorios sofisticados, para todos (as) o solo para los mil afortunados estudiantes que residen en aquellas localidades?

La verdad es que Correa, como todos gobiernos que le antecedieron, cumplirá su período quizá el año entrante, dejando como herencia para las futuras generaciones, gran parte del patrimonio petrolero nacional, hipotecado al apetito voraz de las transnacionales.

Solo por la renovación del contrato por un año con la multinacional PETROBRÁS el país pierde un ingreso de aproximadamente 450 MILLONES DE DÓLARES ANUALES, monto suficiente para construir 170 Escuelas del Milenio.

Con la extensión por un año del contrato con la petrolera REPSOL YPF, el Ecuador pierde 1100 MILLONES DE DÓLARES ANUALES, enorme ingreso que pasa a la cuenta de Repsol y con el cual hubiese sido posible construir 430 Escuelas del milenio, a lo largo del territorio nacional.

Y qué decir con la escandalosa renegociación del contrato por 15 años con PORTA y MOVISTAR. Las dos multinacionales se benefician en alrededor de 1500 MILLONES DE DÓLARES ANUALES, monto más que suficiente para construir al menos 600 Escuelas del Milenio.

En total, suman 1200 ESCUELAS DEL MILENIO que ya no se construirán por decisión “soberana” del gobierno de Alianza País. Con estos recursos que bien pudieron ingresar al fisco, si Correa se hubiese ajustado el apellido pensando en casi un millón de niños pobres de las escuelitas fiscales, que seguirán soñando con una escuelita como la de Zumbagua.

Conocedores como somos que la industria petrolera nacional es autosuficiente -para no más de operar los campos petroleros del Oriente-, cabe hacer las siguientes reflexiones:

  • PETROECUADOR, a pesar de todo el desprestigio y lodo que le ha lanzado los medios de comunicación de la derecha, con el complot de seudo analistas petroleros, cuenta con un personal técnico calificado de primera, capaz de asumir la operación directa de todos los campos, incluidos los concesionados a las transnacionales. Sino, insistimos una vez más: ¿Quienes han ejercido las máximas jefaturas en las Superintendencias de Producción en Repsol o Petrobrás? La respuesta es CONTUNDENTE, ex TRABAJADORES DE PETROECUADOR.
  • PETROPRODUCCIÓN al igual que REPSOL, PETROBRÁS, AGIP, PERENCO, ANDES, etc, no desarrollan tecnología, no construyen equipos ni repuestos para la exploración, producción y extracción petrolera. Todas las PETROLERAS compran sistemas ‘scada’ de control automático, software, bombas, motores, válvulas, tubería, cabezales de los pozos, accesorios, etc, a los mismos proveedores locales y extranjeros, que ofrecen sus productos sin importar si su cliente es estatal o privado. Aquel trillado argumento de que la empresa estatal no cuenta con la tecnología, es un perverso embuste privatizador.
  • Que la empresa estatal no tiene recursos para la inversión, una falacia que no se compadece con la realidad del país. Hoy por hoy, la Reserva Monetaria de Libre Disponibilidad cuenta con 6500 MILLONES DE DÓLARES, gracias –entre otros-, a los ingresos petroleros que provienen del esforzado trabajo de técnicos ecuatorianos (as) que sostienen la industria petrolera nacional. Y no solo eso, la producción del Bloque 15 y los campos estatales de Petroecuador le reportan al erario nacional más de 2500 MILLONES ANUALES.

Por todo lo expuesto, quién pierde con las garrafales decisiones que ha tomado el señor Presidente Rafael Correa Delgado, es el pueblo ecuatoriano en su conjunto.

Ahora las multinacionales saben qué clase de gobierno tiene el Ecuador, con un presidente que es incapaz de hacer respetar su palabra, que ha perdido toda credibilidad. Uno es el liderazgo de Correa a la hora de ordenar la represión en contra del pueblo cuando reclama el carné estudiantil, cuando se opone al saqueo de los recursos naturales. ¡OJO!, pero otro es Correa a la hora de entregar en bandeja de plata el patrimonio nacional.

Aquí un paréntesis: “Mientras las mujeres de mi pueblo sigan soñando en las telenovelas que miran todos los días en los canales de la oligarquía; mientras los hombres de mi patria continúen comiendo y bebiendo fútbol cada fin de semana; mientras nuestros niños sigan pegados al celular de moda”, la Patria seguirá siendo saqueada.

No nos impresiona las obras asistencialistas del gobierno -aumentadas con la lupa mágica del poder de la televisión-, pues tan solo recrean el paso efímero de la socialdemocracia (ID) por Carondelet y, jamás el control del Poder total por parte del soberano. Ya lo dijo Mao Tze Tung en su famoso Libro Rojo: “El poder del pueblo está en la punta del fúsil”.

PRENSA ALTERNATIVA