fragmento asíncrono

«¿Sólo nos quieren como carne de cañón?»


El colectivo de inmigrantes se queja de «un tratamiento desigual», ya que su acceso se limita a tropa y marinería.

-¿Cuánto años tienes?
-Tengo 26. Pero todavía no me alisto. Me han dicho que vuelva en abril.

-Y hasta más tarde si quieres. Van a elevar la edad tope de 27 a 29.
-Qué bueno.

-¿Tienes algún familiar en el Ejército?
-Sí, a un hermano de 21.

-Y a ti, ¿dónde te gustaría que te destinaran?
-¡Me encanta la Armada!

-Y si te mandan a misiones peligrosas...
-No iría nunca. Si yo entro aquí, es para estar mejor que ahora.
Así de claro se mostraba Ángel Lojano, a las puertas de la Subdelegación de Defensa de Bilbao. Es ecuatoriano. Con suerte, pasará a formar parte de ese 9% de inmigrantes que, como máximo, admite el Ejército español. El pasado mes de junio había unos 6.000 soldados y marineros de origen foráneo. Es decir, el 7,5% de un total de 80.000. Más de la mitad son colombianos, seguidos de cerca por los ecuatorianos. Desde 2003, cuando se les abrió las puertas, el Ejército sólo acepta extranjeros de origen latinoamericano o ecuatoguineano.

Seguro que no tardan en alcanzar el tope del 9%. El Ministerio de Defensa no ha facilitado datos actualizados sobre el número de extranjeros reclutados pero sí ha trascendido, por ejemplo, que en Cataluña, entre enero y septiembre, el 23, 86% de los alistados en las Fuerzas Armadas eran inmigrantes. «No me extrañan estas cifras. Es una opción interesante. El sueldo no es bueno (poco más de 1.000 euros brutos al mes), pero tiene otras ventajas como la estabilidad y el alojamiento. Para la gente joven, puede venir muy bien», razona Raúl Giménez, portavoz de la Asociación Hispano-Ecuatoriana Rumiñahui.

Ahora bien, no se ahorra las críticas contra las condiciones de ingreso, «sobre todo porque nos discriminan nada más entrar». Ya pueden tener dos carreras universitarias que sólo se les acepta como soldado o marinero. Las categorías de suboficial u oficial con mando les están vedadas mientras no obtengan la nacionalidad española.

-Tiene su lógica pues, de lo contrario, se daría autoridad militar a extranjeros...
-Y entonces, ¿qué pasa? ¿Sólo nos quieren como carne de cañón? Porque bien que nos mandan a las zonas de conflicto... Y, vale, el incentivo económico es bueno. Los chicos vuelven con 10.000, 20.000 ó 30.000 euros pero, yo insisto, el tratamiento es desigual.

Más derechos
A pesar de las diferencias que persisten entre nacionales y extranjeros, se han producido cambios de calado en los últimos cinco años. La oferta de plazas para inmigrantes ya no se limita a las 'unidades de choque', conocidas por la dureza de su preparación y un régimen disciplinario especialmente estricto. En resumidas cuentas, los destinos como el Escuadrón de Zapadores Paracaidistas no son la única salida para los extranjeros. El abanico de posibilidades se ha diversificado y, al mismo tiempo, se ha elevado el cupo máximo de soldados y marineros foráneos: ha pasado del 2% al 9%.

Más novedades: ahora no se les expulsa al de tres años, si no han adquirido la nacionalidad española. Pueden permanecer seis años y en el caso de que comiencen los trámites, se les permite prorrogar otros tres su compromiso con las Fuerzas Armadas. Es decir, pueden desempeñar durante nueve años su trabajo dentro del Ejército sin necesidad de ser españoles.