fragmento asíncrono

Morirse en un país extranjero

Esta carta comunicado la considero oportuna sobre la reciente desgracia que ha acontecido a nuestros compañeros, Wilmer y su hija Amarelis Tandazo (en paz descansen).

Como es lógico, por que así entendemos la solidaridad y humanidad, nos hemos interesado y preocupado por dar nuestro apoyo a la familia, y la ayuda necesaria para resolver los temas de repatriación. Es una situación muy triste, muy lamentable y evidentemente somos personas que al no estar en nuestro país, nos falla, entre otras cosas, la base social, que puede en ciertos momentos como este, ayudarnos a hacer menos dura esta carga. Es una situación desagradable para el que se tiene que hacer cargo de llevar a cabo la digna sepultura de sus muertos.

Las familias ecuatorianas cuando padecen la muerte de un familiar, se sumergen en el más innombrable dolor, en este caso han sido dos pérdidas, evidentemente nadie prevé desgracias como estas, ni nadie sale de su país para morir en tierras lejanas. Son situaciones en las que ya de por sí dejan a cualquier persona sin ganas para continuar viviendo.

Esta familia, ha sido arropada por todo un pueblo, Santa María, colaborando a pesar de estar en tiempos de crisis, con aportaciones dinerarias para poder cubrir los altos costes que supone el acompañar a su difunto marido y a su hija al Ecuador, para poder darles una sepultura digna. Estos fondos recogidos, gracias a la humanidad de las personas, son necesarios para que su esposa pueda viajar con los difunto y cumplir con el último deber con su marido y con su hija, llevarlos a su tierra, darles sepultura y que descansen en paz. Por ello la familia expresa su sincero agradecimiento.

Pero pasando a la cruda y cruel realidad, nos vemos obligados a destapar el caos reinante cuando uno se muere lejos del país de origen. Muy a pesar de existir cuerpos diplomáticos, consulados, embajadas, oficinas SENAMI, agencias aseguradoras, etc. en estos casos hemos comprobado que sirven de poco, llamas a un sitio y te rebotan a otro, y ese otro dice que hay que esperar. Esperar a los trámites burocráticos, lentos de por sí pero qué así está estipulado.

El coste de repatriar a un muerto es muy costoso, la familia no se puede hacer cargo, ya que los fondos recogidos no los podrían cubrir, pero la SENAMI, sí los debe cubrir y hacerlo en cumplimiento de La Ley, son ellos los responsables de hacerlo y si no saben o no pueden o son incapaces, exigimos que se retiren de la política, exigimos que no estén en cargos pagados con dineros públicos sino pueden llevar a cabo con la eficacia y eficiencia la gestión que se les presupone ya que así son los acuerdos gubernamentales que les han concedido esas responsabilidades, entendemos que lo mejor es dejar los sitios públicos a las personas que sí tienen vocación para ello.

En este caso, parece pura fantasía el que se tenga que esperar más de 15 días para saber si el SENAMI se hace cargo de los costes, hasta ahora se ha dicho en la prensa que se hacían cargo, pero la verdad es que nos pasan con canciones y con romances, aún no hay una decisión, ni dicen que sí, ni dicen que no, simplemente no existen.

Caos y desinterés, esas son palabras a tener en cuenta cuando uno espera una respuesta del Gobierno Ecuatoriano, en el caso que estamos viviendo, repatriar los cuerpos es toda una odisea.

Nuestro Gobierno Ecuatoriano, por medio de su cuerpo diplomático ha hecho saber por activa y por pasiva que el Gobierno se hace cargo de las repatriaciones de sus ciudadanos que mueran fuera del país, pero nos hemos encontrado después de innumerables llamadas al Consulado, a la Embajada, al SENAMI, etc. que es muy difícil que cumplan con sus responsabilidades, todo se limita a esperar, cosa que es difícil de entender porque no estamos hablando de mercancías, estamos hablando de cuerpos de personas que tienen un proceso y que no pueden esperan indefinidamente o hasta que la burocracia dé el visto bueno. Es momento de plantear la humanización de nuestros gobernantes e instituciones: Los Gobiernos están al servicio del pueblo, de sus ciudadanos y si no saben ejercer su cargo, simplemente hay que dejar los cargos para que otros, que sí puedan hacerlo bien, ocupen su lugar.

Nosotros los ecuatorianos, en situaciones como estás, no queremos saber de las tantas gestiones administrativas que hay que hacer, ni de las autorizaciones legales, sólo sabemos que tenemos un familiar fallecido y que si no se ocupa el Gobierno del Ecuador en solucionar eficazmente las autorizaciones, no es posible el trasladarlos por medio de las compañías de seguros contratadas por la SENAMI. No se ocuparán de la repatriación porque quieren que el Gobierno les confirme que cobrarán sus servicios, así como las otras empresas que son necesarias para este cometido. Ellos deben estar seguros que cobrarán su trabajo y con toda la razón del mundo no pueden hacer el trabajo o continuarlo si la SENAMI no les garantiza que se hacen cargo del coste de repatriación. Es un grave problema para los familiares de un difunto el tener que enterrar a sus muertos, ahora piensen ustedes la dimensión que esto toma, cuando el fallecido es de fuera del país.

Aunque el Gobierno del Ecuador haya realizado muchas gestiones de diferente índoles para los ecuatorianos residentes en España, consideramos que aún falta eficacia en sus gestiones. Por lo que animamos a los Delegados del Gobierno Ecuatoriano en España que ponga a disposición protocolos claros a seguir en estos casos, y mantener orientados a todas las personas de manera a que no vuelva a pasar lo que viene ocurriendo, que llevamos 4 días haciendo gestiones y no podamos obtener respuesta positiva del Gobierno Ecuatoriano para que se haga cargo de la repatriación de los cuerpos.

Hay que recordar al gobierno Ecuatoriano que la migración de nuestros compatriotas al exterior ha sido y viene siendo un importante apoyo económico para el desarrollo y crecimiento del país en estos últimos diez años. Deben de estar alerta ya que sí si se siguen dando situaciones como éstas, aquí en España, será muy complicado el vivir y sobrevivir sin el apoyo responsable de ambos gobiernos, sabiendo que las fuerzas nos flaquean, mucho más cuando se nos muere un familiar, podría llegar a causar desanimo para aquellas personas que aún tenemos a nuestra tierra en nuestro corazón.

Como Federación de Ecuatorianos empujamos a nuestros representantes del Gobierno a realizar las gestiones necesarias, eficaces, solidarias y humanas para que casos como este no se repitan y poder sentirnos respaldados en todo momento.


Manuel Simbaña
Presidente
Federación de Asociaciones Ecuatorianas de Baleares